Leia o texto de Luis Francisco Pérez,  historiador da arte e crítico da cultura, sobre  a obra de Hudinilson Jr.

Tema de Fazer Tricô, primeira exposição individual do artista na Espanha, o conjunto de trabalhos está  sendo exibido,  atualmente,  na Galeria García, em Madri, até dia 17 de maio de 2014.

La primera que tuve ocasión de conocer la obra del artista brasileño Hudinilson Jr (Sao Paulo, 1957-2013) fue en el 2000/2001 cuando Vera Chaves Barcellos (gran defensora de la obra de este artista), artista y creadora multimedia de la misma nacionalidad, presentó en el Museu d’Art de Girona la excelente muestra “Visitant Genet”, y en la cual Vera invitó a Hudinilson Jr a mostrar varios de sus conocidos “Cadernos de Referência”, en formato de 240 diapositivas proyectadas, ocasión aquella que sirvió para ver por primera vez en España y en Europa la obra de este artista y agitador cultural de la escena artística gay de la metrópoli brasileña durante las décadas de los 80 y 90. El catálogo de la muestra incorporaba un texto de mi autoría con el título de “Un soplo en el corazón. Apuntes fantasmales de una realidad sentimental”.

Trece años después de aquella presentación se vuelve a recuperar la figura de este artista de la mano de Manuel Segade, comisario de la muestra, y que actualmente está en exposición en la García Galería, de Madrid. “Fazer Tricô”, título seleccionado por Segade para la presente ocasión, es una expresión habitual en la cultura gay y urbana de Sao Paulo, y hace referencia a la conversación (divertida, cotilla y “mala”) mantenida por los integrantes activos (o pasivos) de esa cultura experimentada como una “way of life”. “Fazer Tricô”, o tricotar, o “cortar trajes” a alguien, uno o varios, es una expresión típicamente brasileña, cierto, si bien su significado posee un mismo “entendimiento” en muchas otras latitudes geográficas o culturalmente diversas. Por ejemplo, en el Hollywood de los años cuarenta y cincuenta, y en los corrillos más “entendidos”, se denominaba a las íntimas amigas que tenía la actriz Marlene Dietrich en su círculo más privado como “las costureras de Marlene”. Sin duda alguna ellas también practicaban (al igual que los deslenguados hombres gays que así las llamaban) el noble, instructivo y divertido arte de “Fazer Tricô”.

Pues bien, esta exposición actual de Hudinilson Jr es tan inteligente como seria, tan documentada (muy brillante y esclarecedor el texto del comisario, de esencial lectura para una cabal comprensión de la obra) como intelectualmente o socialmente “reflexiva”, tan visualmente potente (incluso aceptando una cierta y muy ambigua “desorientación” ante una visualidad voluntariamente poco agradecida) como incitadora a buscar ese “algo” (vital, necesario) que se nos escatima. Así sucede, por ejemplo, en los inquietantes y turbadores trabajos realizados con una fotocopiadora Xerox, donde el artista se fotocopiaba partes de su cuerpo mientras literalmente follaba con la máquina -perfecto ejemplo de una “maquina deseante” siguiendo el magisterio de Deleuze y Guattari. Considero muy justo y apropiado “leer” la obra de este artista desde una doble vertiente: como “plástico” y como sociólogo, pues toda su obra puede ser una manifestación de un “trabajo de campo” donde el “objeto de arte” (incluida su propia negación) es el resultado práctico de un interés cultural y sociológico, un estudio de tribus urbanas y su comportamiento sexual, pequeñas y delicadas tesis de preocupaciones sociales. Esencialmente “Fazer Tricô” es la exhibición impudorosa de una “insumisión”: social, sexual, vivencial, económica. Y con esta “insumisión” a la cultura burguesa del triste y castrante conformismo hago un pequeño homenaje al sociólogo argentino Néstor Perlongher (citado con toda justicia por Manuel Segade), muerto a causa del sida en 1992 y en Sao Paulo, ciudad en la que vivía exiliado desde los inicios de la dictadura militar en su país. Está exposición, magnífica, consta básicamente de papeles (y algo más no visible), y Perlongher es autor de un libro capital en las cuestiones aquí abordadas, “Papeles Insumisos”. Otro posible título de una exposición más inteligente y combativa que “bella”. Todo un honor tal como están los tiempos.